Historia del Maserati Khamsim
A principios de los 70 el mundo del motor se encontraba en plena metamorfosis, sobretodo para las firmas de prestigio. La manera de fabricar coches de lujo estaba cambiando, aparecían nuevos mercados y algunas marcas, entre ellas Maserati, empezaban a cambiar de manos debido a problemas económicos, principalmente por los impuestos a los que se sometían los modelos y la implantación de límites de velocidad y contaminación. Pero lo que realmente puso patas arriba el mundo del motor fue la crisis del petróleo.
El Khamsim fue un rotundo fracaso comercial que llevo a Maserati a la mediocridad hasta su adquisición por parte de Ferrari. Incluso llevó a la bancarrota a Citroën quién había comprado la compañía en 1968 y se vio absorbida por Peugeot. Lejos quedaban los años en los que Maserati ganó 2 títulos de Fórmula 1 con el gran Juan Manuel Fangio al volante.
El Khamsim fue presentado en 1972 como un prototipo de Bertone pero no es hasta 1973 en el Salón de Paris cuando aparece con la insignia del tridente y finalmente en 1974 cuando entra en producción. El diseño corre a cuenta de Marcelo Gandini, que en esa época trabajaba para la Bertone, del que destaca su tradicional diseño en forma en cuña con una línea simple y armoniosa, que le confería una imagen mucho más elegante e intemporal que la de sus contemporáneos como el Lamborghini Countach o el Ferrari 512 BB.
El Khamsim mantiene el esquema clásico de los gran turismo; motor delantero y tracción trasera. Tras el capó se oculta un tremendo V8 de 5 litros y ni más ni menos que 320 cv que permitían al Khamsin y sus más de 1500 kg alcanzar los 275 km/h. Para controlar tal potencia y peso el Khamsin contaba con sistemas de dirección y frenado bastante avanzados para su época procedentes de su matriz Citroën.
La producción del Khamsim comenzó en 1974 pero sólo se vendieron 4 unidades, los siguientes las cifras mejoraron pero nunca llegaron a acercarse a las esperadas. Hasta 1982 cuando cesó la producción tan sólo se habían fabricado 421 unidades, de las cuales 151 fueron a los Estados Unidos.
El Khamsim fue un excelente superdeportivo, con un diseño impecable con el que los ingenieros de Maserati demostraron su valía. Su problema fue que apareció en el peor momento, y las consecuencias así lo demostraron. Aun así fue uno de los iconos de su década y hoy es muy apreciado y admirado por los coleccionistas.
